Ciencia

Ciencia

Alegoría de la Ciencia. Óleo sobre tela de Sebastiano Conca.
La ciencia (del latín scientĭa 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos estructurados sistemáticamente. La ciencia es el conocimiento obtenido mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y sistemas organizados por medio de un método científico.1
La ciencia considera distintos hechos, que deben ser objetivos y observables. Estos hechos observados se organizan por medio de diferentes métodos y técnicas, (modelos y teorías) con el fin de generar nuevos conocimientos. Para ello hay que establecer previamente unos criterios de verdad y asegurar la corrección permanente de las observaciones y resultados, estableciendo un método de investigación. La aplicación de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de nuevos conocimientos objetivos en forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a hechos observables pasados, presentes y futuros. Con frecuencia esas predicciones pueden formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.

Unidad del saber científico: clasificación de las ciencias

Con anterioridad a la Edad Moderna se puede hablar de una clasificación de los distintos modos o categorías del conocer en tanto que conocimiento humano racional, bajo las notas de universalidad y necesidad,2 superando los límites del conocimiento por la experiencia.
Hasta el Renacimiento todo el saber que no fuera técnico o artístico se situaba en el ámbito de la filosofía. El conocimiento de la naturaleza era sobre la totalidad: una ciencia universal. Cuando Aristóteles utiliza los términos «episteme» y «philosophia» no es incorrecto hablar de clasificación de las «ciencias en Aristóteles»; pero con un significado y contenido muy diferente al de «ciencia» en la Modernidad.3
Las primeras clasificaciones se remontan a Aristóteles,4 que considera tres categorías del saber:
  • Teoría, que busca la verdad de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber: Matemáticas, Física y Teología.
  • Praxis o saber práctico encaminado al logro de un saber para guiar la conducta hacia una acción propiamente humana en cuanto racional: lo formaban la Ética, la Política, la Económica y la Retórica.
  • Poiesis o saber creador, saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día se englobaría en la creación artística, artesanía y la producción de bienes materiales.
La clasificación aristotélica sirvió de fundamento para todas las clasificaciones que se hicieron en la Edad Mediaa 1 hasta el Renacimiento, cuando las grandes transformaciones promovidas por los grandes adelantos técnicosa 2 plantearon la necesidad de nuevas ciencias y sobre todo nuevos métodos de investigación que culminarán en la Ciencia Moderna del siglo XVII. Es entonces cuando aparece un concepto moderno de clasificación que supone la definitiva separación entre ciencia y filosofía.
En la Edad Moderna Tommaso Campanella, Comenio, Bacon, Hobbes y John Locke propusieron diferentes clasificaciones.3 El Systema Naturae (1735) de Linneo, estableció los criterios de clasificación que más influencia han tenido en el complejo sistema clasificatorio de las ciencias naturales.3 André-Marie Ampère confeccionó una tabla con quinientas doce ciencias.5
En la Ilustración escribe D'Alembert:
«No hay sabios que gustosamente no colocaran la ciencia de la que se ocupan en el centro de todas las ciencias, casi en la misma forma que los hombres primitivos se colocaban en el centro del mundo, persuadidos de que el universo había sido creado por ellos. Las profesiones de muchos de estos sabios, examinándose filosóficamente, encontrarían, posiblemente, incluso, además del amor propio, causas de peso suficiente para su justificación»
Discours préliminaire de l'Encyclopedie, París 1929, pág. 61

Interdisciplinariedad

Todas las clasificaciones de las ciencias tienen fecha de caducidad. A partir del siglo XIX y con el importante crecimiento experimentado por el conocimiento científico surgen numerosas disciplinas científicas con yuxtaposiciones de parcelas establecidas por ciencias anteriores:
  • De las teorías del calor y sus relaciones con la mecánica: Termodinámica.
  • De las relaciones de la electricidad y la química: Electroquímica.
  • De la relación de la termodinámica y la electroquímica, la íntima imbricación de la física y la química: Fisicoquímica.
  • De las relaciones de la química y la biología, surgirá la Bioquímica.
De esta forma las ciencias suelen llevar nombres compuestos de ciencias anteriores, a veces situadas en campos completamente dispares:
En definitiva las ciencias se constituyen tanto por fragmentación como por interdisciplinariedad.
En el siglo XIX Auguste Comte hizo una clasificación mejorada después por Antoine-Augustin Cournot en 1852 y por Pierre Naville en 1920.5
Los nuevos lenguajes no jerárquicos de estructura asociativa, y manejados por la informática reflejan la situación actual de división de las ciencias y sus conexiones metodológicas y de contenidos, aun a pesar de la enorme especialización que se experimenta continuamente tanto en la investigación como en los centros de enseñanza.
La sistematización científica requiere el conocimiento de diversas conexiones, mediante leyes o principios teóricos, entre diferentes aspectos del mundo empírico que se caracterizan mediante conceptos científicos. Así los conceptos de la ciencia son nudos en una red de interrelaciones sistemáticas en la que las leyes y los principios teoréticos constituyen los hilos... Cuantos más hilos converjan o partan de un nudo conceptual, tanto más importante será su papel sistematizado o su alcance sistemático
Carl Hempel, Philosophy of natural science, Prentice-Hall, 1966. Cit. por Javier Gimeno Perelló, op.cit.

Clasificaciones fundamentales

Dilthey considera inapropiado el modelo epistemológico de las «Naturwissenschaften», esto es el método científico que toma como modelo de ciencia la Física aplicada a las llamadas «ciencias naturales», cuando se aplica a otros saberes que atañen al hombre y a la sociedad. Propone por ello un modelo completamente diferente para las «Geisteswissenschaften», «ciencias humanas» o «ciencias del espíritu», e.g., filosofía, psicología, historia, filología, sociología, etc.
Si para las primeras el objetivo último es la explicación, basada en la relación causa/efecto y en la elaboración de teorías descriptivas de los fenómenos, para estas últimas se trata de la comprensión de los fenómenos humanos y sociales.
Esquema de clasificación planteado por el epistemólogo alemán Rudolf Carnap (1955):
Ciencias formales Estudian las formas válidas de inferencia: lógica - matemática. No tienen contenido concreto; es un contenido formal, en contraposición al resto de las ciencias fácticas o empíricas.
Ciencias naturales Son aquellas disciplinas científicas que tienen por objeto el estudio de la naturaleza: astronomía, biología, física, geología, química, geografía física y otras.
Ciencias sociales Son aquellas disciplinas que se ocupan de los aspectos del ser humano —cultura y sociedad—. El método depende particularmente de cada disciplina: administración, antropología, ciencia política, demografía, economía, derecho, historia, psicología, sociología, geografía humana y otras.
Mario Bunge (1972) considera el criterio de clasificación de la ciencia en función del enfoque que se da al conocimiento científico: por un lado, el estudio de los procesos naturales o sociales (el estudio de los hechos) y, por el otro, el estudio de procesos puramente lógicos (el estudio de las formas generales del pensar humano racional); es decir, postuló la existencia de una ciencia factual (o ciencia fáctica) y una ciencia formal.
Las ciencias factuales se encargan de estudiar hechos auxiliándose de la observación y la experimentación. La física, la psicología y la sociología son ciencias factuales porque se refieren a hechos que se supone ocurren en la realidad y, por consiguiente, tienen que apelar al examen de la evidencia científica empírica.6
La ciencia experimental se ocupa del estudio del mundo natural. Por mundo natural se ha de entender todo lo que pueda ser supuesto, detectado o medido a partir de la experiencia. En su trabajo de investigación, los científicos se ajustan a un cierto método, un método científico general y un método específico al campo concreto y a los medios de investigación.
La llamada «ciencia aplicada» consiste en la aplicación del conocimiento científico teórico (la llamada ciencia «básica» o «teórica») a las necesidades humanas y al desarrollo tecnológico. Es por eso que es muy común encontrar, como término, la expresión «ciencia y tecnología».
Las ciencias formales, en cambio, crean su propio objeto de estudio; su método de trabajo es puro juego de la lógica, en cuanto formas del pensar racional humano, en sus variantes: la lógica y las matemáticas. En la tabla que sigue se establecen algunos criterios para su distinción:7

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